Trabajamos juntos para que Equinor abandone el negocio del petróleo y el gas. Nuestro objetivo es que la compañía petrolera noruega se convierta de verdad en una "empresa energética integral" y deje atrás los combustibles fósiles. Nuestros esfuerzos se extienden a todo el mundo. Representamos comunidades en Argentina, Brasil, Canadá, Reino Unido, Tanzania y Noruega, formando un movimiento global de personas y organizaciones que exigen que el gigante petrolero noruego, Equinor, cese toda exploración de nuevos yacimientos de petróleo y gas.
Equinor está liderando la apertura de una nueva área para exploración y explotación de combustibles fósiles en el Mar Argentino, lo cual ha motivado a miles de personas a salir a las calles y organizarse en contra de la exploración marina bajo la etiqueta #Atlanticazo. Tanto Equinor como la industria de los combustibles fósiles se enfrentan a una fuerte oposición pública y acciones legales en Argentina por parte de las comunidades costeras y varias ONG.
El proyecto del campo petrolífero Bacalhau de Equinor en Brasil ha sido muy criticado por la sociedad civil debido a cómo la compañía obtuvo su licencia de operación. Este proceso injusto y éticamente cuestionable ha generado una amplia oposición al proyecto, el cual alimentará la crisis climática y tendrá enormes impactos en la biodiversidad marina.
Desde 2022, cientos de organizaciones ambientales y ciudadanas se han unido a la campaña para detener el proyecto Bay du Nord en el este de Canadá. Los canadienses han condenado a Equinor por continuar con este proyecto a pesar del impacto devastador que podría tener en la acción climática, las comunidades locales y la protección de la biodiversidad. Equinor ha retrasado el proyecto tres años, pero la lucha continuará hasta que el proyecto sea cancelado definitivamente.
Los activistas en Noruega están trabajando para exponer Equinor y su falta de transición hacia energías limpias y verdes. Equinor destina grandes esfuerzos a mantener su imagen pública como una “empresa energética integral” y en influir en el debate energético en Noruega, a la vez que continúa desarrollando nuevos campos petroleros y produciendo combustibles fósiles, usando capital que podría ser invertido en otros lugares.
El campo petrolífero de Rosebank se ha convertido en un asunto de controversia en la política energética y climática del Reino Unido, con Equinor siendo señalado como un ejemplo de descontrol climático, pobreza pública y beneficio privado.